Ciudad del Vaticano, 6 de mayo de 2025.– Los 133 cardenales electores ya se encuentran en Roma para participar en el cónclave que iniciará este miércoles y que definirá al próximo líder espiritual de los más de 1,400 millones de católicos en el mundo, tras la muerte del Papa Francisco hace dos semanas.
Los llamados “príncipes de la Iglesia” se reunirán a puerta cerrada en la Capilla Sixtina, donde permanecerán incomunicados hasta que uno de ellos obtenga la mayoría de dos tercios –al menos 89 votos– y pueda asumir el trono de San Pedro.

Un cónclave sin favoritos claros
A diferencia de procesos anteriores, esta elección no tiene un claro favorito. Aunque se mencionan nombres como el italiano Pietro Parolin, el maltés Mario Grech, el filipino Luis Antonio Tagle y el francés Jean-Marc Aveline, reina la incertidumbre. Algunos cardenales apuntan que podría tomar hasta tres días o más alcanzar un consenso.
“Hablamos de las personas que consideramos prometedoras, pero es diferente del politiqueo”, dijo el cardenal estadounidense Timothy Dolan, aclarando que nadie está “en campaña”.
El Papa que viene: ¿continuidad o cambio?
Uno de los puntos clave es si el nuevo pontífice mantendrá la línea reformista de Francisco, quien buscó una Iglesia más cercana a los pobres y a las periferias del mundo, o si regresará a un enfoque más conservador.
“Debe ser un pastor cercano, capaz de guiar a una humanidad marcada por la crisis del orden mundial”, indicaron los cardenales en sus reuniones previas.
Este será el cónclave más internacional de la historia, con representantes de 70 países. Muchos de ellos fueron designados por el propio Francisco, lo que podría inclinar la balanza hacia una visión más abierta e inclusiva.
Tradición y expectativa global
Como marca la tradición, las votaciones comenzarán el miércoles por la tarde. Se celebrarán hasta cuatro votaciones diarias y el resultado se anunciará mediante la famosa chimenea de la Capilla Sixtina: humo negro indicará que no hay decisión; humo blanco, que “Habemus Papam”.
Mientras tanto, el Vaticano ya instaló las cortinas rojas en el balcón central de la basílica de San Pedro, desde donde el nuevo Papa se presentará por primera vez al mundo.
Fe y esperanza en la plaza
Miles de fieles ya se congregan en la Plaza de San Pedro, entre ellos turistas como María de los Ángeles Pérez, de México, quien espera que el nuevo líder “ayude a los más pobres”. Otros, como Aurelius Lie, de Alemania, piden que el futuro Papa “no se deje influenciar por políticos populistas”.
El sacerdote canadiense Justin Pulikunnel expresó el anhelo de muchos: “Que el nuevo Papa sea una fuente de unidad tras años de desestabilización y ambigüedad”.