
Ciudad de México, 6 de mayo de 2025.– Con la llegada del calor, también llega una preocupación común para muchas familias: los piojos. Aunque suele pensarse que estos parásitos aparecen por falta de higiene, lo cierto es que el calor tiene un papel crucial en su propagación, especialmente entre niñas y niños en edad escolar.
De acuerdo con expertos en salud pública, las altas temperaturas aceleran el ciclo de vida de los piojos, permitiendo que las liendres (huevos) eclosionen más rápido. Esto acorta los tiempos de reproducción y facilita los contagios en escuelas, guarderías y reuniones familiares.
“Cuando las temperaturas superan los 28°C, las liendres pueden eclosionar en tan solo cinco días. En climas cálidos, los piojos son más activos, se mueven más rápido y se reproducen con mayor facilidad”, explican especialistas en dermatología pediátrica.
¿Por qué los niños son los más afectados?
Durante la primavera y el verano, la convivencia entre menores se intensifica por las actividades al aire libre, campamentos o clases. El contacto cabeza con cabeza —principal vía de contagio— es más frecuente, y compartir peines, gorras o almohadas también aumenta el riesgo.
Síntomas y detección
Los principales signos de infestación son:
- Picazón intensa en el cuero cabelludo.
- Liendres adheridas cerca de la raíz del cabello.
- Irritación o pequeñas lesiones por rascado.
A diferencia de la caspa, las liendres no se desprenden fácilmente, lo que ayuda a identificarlas.
¿Cómo prevenir y tratar los piojos?
Las autoridades sanitarias recomiendan:
- Revisar el cabello de los menores con regularidad.
- Evitar compartir objetos personales.
- Enseñar a los niños a no juntar sus cabezas durante juegos.
- Usar peines especiales y mantener el cabello recogido.
En caso de contagio, se recomienda utilizar tratamientos aprobados por profesionales, como shampoos pediculicidas y peines metálicos. También es clave lavar ropa de cama y artículos personales con agua caliente.
¿Tener piojos significa falta de higiene?
No. Es un mito común. Los piojos pueden afectar a cualquier persona, sin importar su nivel de limpieza. El calor y el contacto son los verdaderos factores de riesgo.
Romper el estigma y actuar a tiempo es fundamental para evitar brotes en hogares y escuelas durante los meses más cálidos del año.